
¿Quiénes somos las que nos vestimos de blanco para vosotras? Como ante todo somos “claras” y “transparentes”, queremos que sepáis quién está en el Backstage de Entre Vestidos Blancos.
Mi nombre es Carmen, aunque al venir de una familia donde es habitual que las mujeres lleven el nombre de Carmen, al final han acabado llamándome de muchas formas: Carmen, Carmina, Carminilla, y alguna más … La verdad es que me encanta porque es un nombre con fuerza. Además, entre mis amigas está: “el clan de las Cármenes”.
Aunque nací en el Sur, en un pueblo de la sierra, Cazorla, llevo viviendo en Madrid 15 años y todavía no he perdido el acento, quizás por un poco de nostalgia. Soy una enamorada de Madrid. Desde la primera vez que estuve con mi familia, que tenía 5 años, me sentaron en la terraza de la cafetería Manila en la esquina de Gran Vía y lo que estos “ojitos” vieron jamás lo olvidaron. Por otra parte, tengo que reconocer que existen ciudades especiales que me han marcado muchísimo: Córdoba, París o Florencia… Europa es mi continente.
¿Cómo he llegado aquí? Desde que terminé mi EMBA en ESIC, todo lo relacionado con el marketing digital, experiencia de cliente y estrategia hicieron que quisiera investigar sobre el mundo virtual y cómo trasladar emociones desde algo intangible, pero tenía que ser de algo que me apasionara y eso estaba claro: la moda, la cual ha sido el instrumento que nos ha permitido siempre mostrar cómo nos sentimos con libertad.
Soy de las que piensa que las emociones, desde la parte más negativa a las más positiva, son las que nos hacen tomar decisiones. La toma de decisiones es “emocional”, luego utilizamos la razón para darle sentido. Siempre pongo el mismo ejemplo, pero es muy representativo: si Enrique VIII no hubiera seguido sus instintos, ¿sería Inglaterra todavía católica? La historia tiene multitud de acontecimientos marcados por decisiones marcadas por venganzas, amor, celos, alegría… Ni decir tiene que cuando vamos de tiendas, ¿cuántas veces es por un motivo irracional?

Mi nombre es Carmen, aunque al venir de una familia donde es habitual que las mujeres lleven el nombre de Carmen, al final han acabado llamándome de muchas formas: Carmen, Carmina, Carminilla, y alguna más … La verdad es que me encanta porque es un nombre con fuerza. Además, entre mis amigas está: “el clan de las Cármenes”.
Aunque nací en el Sur, en un pueblo de la sierra, Cazorla, llevo viviendo en Madrid 15 años y todavía no he perdido el acento, quizás por un poco de nostalgia. Soy una enamorada de Madrid. Desde la primera vez que estuve con mi familia, que tenía 5 años, me sentaron en la terraza de la cafetería Manila en la esquina de Gran Vía y lo que estos “ojitos” vieron jamás lo olvidaron. Por otra parte, tengo que reconocer que existen ciudades especiales que me han marcado muchísimo: Córdoba, París o Florencia… Europa es mi continente.
¿Cómo he llegado aquí? Desde que terminé mi EMBA en ESIC, todo lo relacionado con el marketing digital, experiencia de cliente y estrategia hicieron que quisiera investigar sobre el mundo virtual y cómo trasladar emociones desde algo intangible, pero tenía que ser de algo que me apasionara y eso estaba claro: la moda, la cual ha sido el instrumento que nos ha permitido siempre mostrar cómo nos sentimos con libertad.
Soy de las que piensa que las emociones, desde la parte más negativa a las más positiva, son las que nos hacen tomar decisiones. La toma de decisiones es “emocional”, luego utilizamos la razón para darle sentido. Siempre pongo el mismo ejemplo, pero es muy representativo: si Enrique VIII no hubiera seguido sus instintos, ¿sería Inglaterra todavía católica? La historia tiene multitud de acontecimientos marcados por decisiones marcadas por venganzas, amor, celos, alegría… Ni decir tiene que cuando vamos de tiendas, ¿cuántas veces es por un motivo irracional?
Ahora sois vosotras las que decidís cuándo formar parte de esta “agencia de viajes”, si queréis compartir vuestras experiencias, qué emociones habéis sentido… Espero que nos contéis vuestras historias y os podamos ayudar en vuestro viaje.
Llevo 18 años en Madrid pero sigo considerándome 100% extremeña, bueno dejémoslo en un 80%, puesto que Madrid me ha dado muchas cosas buenas de las cuales sólo podría dar gracias. También algún que otro dolor de cabeza, pero ¿qué sería Madrid sin eso?, el Jin y el Jan.
Y es que para mí, extremeña procedente de un pueblo de Badajoz, venir a estudiar a la capital fue un giro de 360 grados. Una aventura que empecé con muchos miedos pero que a día de hoy puedo decir que es mi hogar, donde hice amigos y encontré el amor.
El cómo llegué a EVB es bastante más sencillo. Hartas del ritmo de vida que nos impone esta ciudad, pero que a la vez nos atrapa como un imán, con sus horarios y sus prisas, mi querida Carmina me propuso formar parte de un cuento maravilloso de vestidos blancos, de sueños blancos, de vivir el blanco como un color que ha formado, forma y formará parte importante en nuestras vidas.
Así que EVB vuelve ¡con más fuerza!, ¡aunque nunca llegó a irse, simplemente estaba cogiendo carrerilla para dar el gran salto!
Y como me siento identificada con este color en muchos de los momentos de mi vida, aquí me tenéis para haceros participes en este bonito cuento de EVBlancos. ¿me acompañas?
Por cierto, mi nombre es Reyes y si te apasiona el arte, la cultura, la moda o viajar, siempre con el blanco telón de fondo, por supuesto, vas a pasar un rato muy chulo.. ven acércate que empieza el cuento… Había una vez…

Llevo 18 años en Madrid pero sigo considerándome 100% extremeña, bueno dejémoslo en un 80%, puesto que Madrid me ha dado muchas cosas buenas de las cuales sólo podría dar gracias. También algún que otro dolor de cabeza, pero ¿qué sería Madrid sin eso?, el Jin y el Jan.
Y es que para mí, extremeña procedente de un pueblo de Badajoz, venir a estudiar a la capital fue un giro de 360 grados. Una aventura que empecé con muchos miedos pero que a día de hoy puedo decir que es mi hogar, donde hice amigos y encontré el amor.
El cómo llegué a EVB es bastante más sencillo. Hartas del ritmo de vida que nos impone esta ciudad, pero que a la vez nos atrapa como un imán, con sus horarios y sus prisas, mi querida Carmina me propuso formar parte de un cuento maravilloso de vestidos blancos, de sueños blancos, de vivir el blanco como un color que ha formado, forma y formará parte importante en nuestras vidas.
Así que EVB vuelve ¡con más fuerza!, ¡aunque nunca llegó a irse, simplemente estaba cogiendo carrerilla para dar el gran salto!
Y como me siento identificada con este color en muchos de los momentos de mi vida, aquí me tenéis para haceros participes en este bonito cuento de EVBlancos. ¿me acompañas?
Por cierto, mi nombre es Reyes y si te apasiona el arte, la cultura, la moda o viajar, siempre con el blanco telón de fondo, por supuesto, vas a pasar un rato muy chulo.. ven acércate que empieza el cuento… Había una vez…